Con ocasión del Día Internacional de los Derechos de la Mujer, la AECID destaca algunos impactos significativos de las intervenciones en curso en materia de lucha contra las violencias de género y empoderamiento y autonomización de las mujeres.
Con motivo de la celebración del Día Internacional por los Derechos de las Mujeres, la cooperación española en Haití desea visibilizar su compromiso con una sociedad sin brechas de género, más igualitaria y, en definitiva, con mayor calidad democrática.
Considerando el contexto de violencia y de exclusión que viven las mujeres en Haití, la estrategia de trabajo de la AECID actualmente en curso en el país prioriza dos líneas de acción: por un lado, la lucha contra las violencias de género y la atención a las mujeres víctimas y, por otro lado, el empoderamiento y el apoyo a la autonomización económica de las mujeres. Son las dos caras de esa misma moneda que un 8 de marzo de 1917 las obreras textiles rusas estaban reivindicando al declararse en huelga: paz y pan, derechos fundamentales cuyo ejercicio, más de 100 años después, sigue encontrando dificultades en muchos rincones del planeta.
Acciones estratégicas para impactos significativos
En Haití, como en otros países, las violencias de género y específicamente la violencia sexual son la expresión amarga de comportamientos abusivos machistas que deben ser erradicados. Adicionalmente, la crisis de seguridad y el desplazamiento forzado de población en la capital está siendo un factor multiplicador de esta vulnerabilidad de las mujeres y niñas. Considerando el contexto, la cooperación española aborda esta problemática a distintos niveles por medio de sus socios. Con organismos internacionales como el CICR se ha abierto una línea específica para luchar contra la violencia sexual y prestar atención a las víctimas, en coherencia con los principios humanitarios. Asimismo, en asociación con AVSI, por medio del proyecto “SAFE”, se ofrece apoyo psicosocial a las víctimas, facilitando el acceso a servicios médicos y de protección y buscando promover su autonomía en coordinación con otros donantes, como la Unión Europea, en un contexto donde son escasas las instituciones de acogida. Con ocasión de este día internacional AVSI plantea realizar una campaña de sensibilización en la zona metropolitana de Puerto Príncipe para fortalecer el sentido de autonomía de las mujeres y niñas. Se trata de medidas preventivas que van de la mano de la educación para luchar contra los estereotipos y la violencia de género. Por ello, apoyamos también ala Fundación Cultura y Creación para la difusión en criollo y en francés del "violentómetro", una herramienta cedida por la cooperación mexicana para identificar y medir el grado de violencia en escuelas y centros culturales aliados del proyecto “Educar a través de las artes”, disponible para el conjunto de los actores del sector educativo.
La educación es, como derecho facilitador de otros derechos, una vía para prevenir la discriminación y las violencias contra las mujeres, pero también la base para su empoderamiento en condiciones de igualdad. En convenio con la ONG salesiana, Jóvenes y Desarrollo, se considera básico garantizar una formación profesional inclusiva y equitativa de calidad en Haití. Ello pasa por la revisión de los materiales educativos con enfoque de género, así como por la sensibilización y la promoción del acceso de las chicas a especialidades formativas masculinizadas (que son la mayoría: mecánica, construcción, electricidad, fontanería…) e incentivar que los muchachos cursen especialidades tradicionalmente feminizadas (como corte y confección o economía del hogar).Ello está siendo posible gracias, entre otras cosas, a una campaña de sensibilización reforzada con un programa de becas que ha beneficiado por el momento a 157 chicos y 408 chicas. Con ello se ha podido elevar el porcentaje de mujeres jóvenes (38%, un 6% más de lo previsto) que acceden y permanecen en los centros de formación profesional que participan en el proyecto, como también se ha aumentado el número de estudiantes que participan en prácticas productivas en las empresas de la zona(13H y 45M). En el caso del bachillerato técnico, (una novedad introducida de forma piloto por la cooperación española),se ha conseguido que el 70% de los alumnos inscritos en la especialidad de informática sean mujeres.
Como mencionábamos, para evitar la exclusión y el tratamiento discriminatorio hacia las mujeres y reforzar su autonomía debemos diversificar las acciones de forma estratégica y trabajar en distintas esferas, tanto en contextos de crisis como con un enfoque de desarrollo. Desde la perspectiva humanitaria, el PMA, que también cuenta con el apoyo de la AECID, incorpora el enfoque de género garantizando una asistencia equitativa en los programas de protección social y prestando atención particular al funcionamiento de las asociaciones comunitarias de ahorro y crédito, constituidas mayoritariamente (en un 75%) por mujeres. Con ello se busca favorecer su acceso a servicios financieros. De este modo se construye el nexo entre la ayuda humanitaria y el desarrollo. Además, la esfera económica y la protección o fortalecimiento de medios de vida con perspectiva de género es sin duda una de las áreas de incidencia más importantes de los proyectos de la cooperación española. A ello obedece la práctica habitual de incorporar a las mujeres en todos los proyectos de desarrollo rural y agrícola que se financian, incluyendo aquellos con un enfoque de resiliencia y gestión de riesgos como los ejecutados por Alianza por la Solidaridad (ActionAid), que además de dar asistencia a la organización de Mujeres Vivas para el Desarrollo de Belle-Anse (OFEVDEB) promoviendo su inclusión financiera y su empoderamiento, involucra a 150 mujeres del Departamento Sur en sistemas de alerta temprana.
De entre los socios más importantes de la cooperación española en materia de desarrollo rural cabe citar en primer lugar a la FAO, quien cuenta con fondos de la AECID para coordinar la Alianza por la Seguridad Alimentaria y la Nutrición en el Sudeste (PROSAN),y que dentro de sus intervenciones en Belle-Anse y Thiotteapoya a una decena de cooperativas de mujeres. Esta colaboración con asociaciones de base ha permitido la promoción de buenas prácticas agrícolas, en particular de la horticultura, la rehabilitación y mejora de unidades de transformación y, de forma general, mediante capacitaciones sobre gestión y liderazgo,la puesta en valor del papel productivo de las mujeres en los ámbitos agrícola y de conservación ambiental.
Según Michel Davilard, coordinador de proyectos en la FAO y punto focal de la PROSAN "Estas organizaciones desempeñan un papel esencial en la sostenibilidad de las acciones emprendidas, con un seguimiento asegurado por las oficinas agrícolas comunales de Belle-Anse y Thiotte, así como el Ministerio de la Condición de la Mujer y los Derechos de las Mujeres".
Como parte de la Alianza PROSAN y trabajando no sólo por la seguridad alimentaria sino también por la mejora de los ingresos y la autonomización económica de las mujeres del sudeste, todas las organizaciones haitianas socias de la cooperación española, MIPROS, Tèt Kole y CROSE, aplican el enfoque de género en sus respectivas intervenciones. Gracias a ellas se está dando formación en nuevas técnicas de producción agraria, emprendimientos agrícolas y ganaderos y dinámicas de cooperación en beneficio demás de 1000 mujeres. Lo mismo hace la ONG española CESAL, en el marco del proyecto "Mujeres rurales, mujeres autónomas y resilientes para la promoción de la igualdad de género y el medio ambiente en Fonds-Verretes y Thiotte". Esta iniciativa ha centrado su apoyo en 90 mujeres productoras y comerciantes asociadas en 5organizaciones de base en torno a 3 centros de transformación de frutas que fueron puestos en marcha gracias a financiación de la AECID. Asimismo, precisamente como parte de las celebraciones del 8 de marzo en el marco de este proyecto, CESAL acompañará el evento programado con la alcaldía de Fonds-Verrettes donde las mujeres capacitadas previamente conducirán talleres de concienciación y reflexión sobre los derechos, el rol y la participación de las mujeres en el desarrollo de su comunidad.
Todas estas iniciativas en curso, en línea con el ODS 5 de la Agenda 2030 de Naciones Unidas, no solo han mitigado la discriminación y las violencias de distinto orden que sufren las mujeres, sino que han fortalecido la importancia de su papel en el desarrollo económico y social del país. Aunque estamos orgullosos del compromiso y del esfuerzo realizado, no podemos ser complacientes. Sin duda queda mucho territorio por conquistar y todos los actores de la cooperación española, junto a sus socios haitianos e internacionales, seguiremos luchando por la igualdad de género y haciendo de este principio básico de universalidad de los derechos humanos uno de nuestros estandartes más reconocibles.