Derechos Humanos

La Cooperación Española trabaja mediante un Enfoque Basado en Derechos Humanos (EBDH), fundamentado en los valores, principios y normas universales, propios de la dignidad de la persona humana. Aspectos ligados al desarrollo integral de la persona y referidos a su vida, libertad, igualdad, seguridad, participación política o bienestar social.

La incorporación de los derechos humanos en el ámbito de la cooperación para el desarrollo ha ido paralelo al desarrollo de los propios derechos, así como a cambios sustanciales en las formas de entender y de trabajar en cooperación. Antes de la década de los 90, los derechos humanos sólo se consideraban en las organizaciones de derechos humanos, dedicadas sobre todo a la defensa y protección de los derechos civiles y políticos. Mientras, las organizaciones de desarrollo estaban más centradas en el trabajo asociado a cubrir necesidades humanas.

Un desarrollo basado en este enfoque, pretende transformar las relaciones de poder que existen, corregir las desigualdades, las prácticas discriminatorias y el injusto reparto de poder, por ser estos los principales problemas que obstaculizan el desarrollo. Por tanto, y viendo el EBDH de forma operativa, se entiende que:

El objetivo del desarrollo es la plena realización de los derechos de las personas.

El contenido de las normas internacionales de derechos humanos marca los objetivos que se deben conseguir. Los principios y los valores son las vías para conseguir estos objetivos:

  • Principios: Universalidad, Indivisibilidad, Interdependencia, Igualdad y no discriminación, Participación, Inalienabilidad y Rendición de Cuentas.
  • Valores: Dignidad, Libertad, Igualdad, Solidaridad, Seguridad y Justicia.

El EBDH sustenta las intervenciones de cooperación para el desarrollo en los estándares internacionales de los derechos humanos como principios, valores y normas universales. Este marco de referencia implica que es necesario conocer el contenido de los derechos humanos recogido en los tratados y convenios internacionales e incorporar las dimensiones de disponibilidad, acceso, aceptabilidad, calidad, sostenibilidad, participación, en el análisis de cada derecho.

Esto supone una mirada a las personas, a las que se dirigen las acciones:

  • Los beneficiarios de las acciones pasan a ser titulares de derechos. 
  • La   familia, comunidad, organizaciones   sociales, empresa, etc. son titulares de responsabilidades.
  • El Estado (donde se incluyen todas las instituciones que lo componen) son titulares de obligaciones.

El EBDH prioriza los grupos más vulnerables, entendida como aquella población que, por distintas circunstancias políticas, sociales y económicas, se encuentran en una situación de mayor riesgo e indefensión para ejercer sus derechos y libertades. Algunos de los factores que influyen en la vulnerabilidad están relacionados con la falta de aplicación de distintos principios, como la universalidad, la falta de igualdad y la discriminación, desde los que se hace operativo este enfoque.

La titularidad que asigna el derecho implica la adjudicación de un rol relacionado con los derechos, las responsabilidades y las obligaciones. Por lo tanto, es fundamental conocer cuál es el rol de cada uno de los actores que participan en una intervención de cooperación al desarrollo con relación a los derechos humanos que se están trabajando. La asignación de roles implica, además, que cada uno de ellos debe realizar un papel, teniendo bien delimitados los derechos, las responsabilidades y las obligaciones, y no sustituyendo en el rol a ninguno de los otros actores. Además, hay una relación directa entre cada uno de los roles asignados, una relación triangular, en la que la no participación de uno de los actores implicará que no sea posible el ejercicio del derecho.

Esta mirada holística de la realidad sobre la que se pretende incidir implica tener en cuenta el marco social, político, económico, cultural, que determina la relación entre los distintos titulares de derechos, de obligaciones y de responsabilidades; así como, las exigencias, los deberes y las responsabilidades. En este sentido, el EBDH suprime los sesgos sectoriales y facilita una respuesta integrada a problemas de desarrollo que tienen múltiples dimensiones.

Por otro lado, es necesario el análisis causal está relacionado con la vulneración de los derechos humanos. En este sentido, se pueden identificar distintos tipos de causas y de relaciones entre ellas:

  • Causas inmediatas, son las más cercanas, más visibles, las que son más fácilmente percibidas por las personas.
  • Causas subyacentes, son las que se ocultan sobre las más visibles. En muchas ocasiones no son percibidas por las propias personas, aunque tengan efectos muy negativos.
  • Causas estructurales, son las que se encuentran en la base de la vulneración del derecho humano. Se mantienen a lo largo del tiempo, y las personas las incorporan como parte de su vida, y no son identificadas como causas de la vulneración.

El análisis de las causas nos ayuda a conocer e identificar los factores que originan la vulneración del derecho y a identificar las acciones que deberán estar relacionadas con las causas identificadas, para paliar sus efectos o conseguir que   desaparezcan.

El marco normativo internacional de los derechos humanos establece la participación como derecho humano y un principio fundamental, y por tanto es una característica del EBDH. Partiendo de esta idea, las personas que participan son consideradas como ciudadanos y titulares de derechos, lo que significa que la participación no es una opción, sino una obligación. Las personas deben tener el derecho a una   participación activa, libre y significativa, en todas las fases del proceso de desarrollo.

En este sentido, el EBDH dirige las acciones al fortalecimiento de las capacidades de los titulares de derechos   para   que   puedan   ejercer   sus derechos (construcción de ciudadanía). De los titulares de responsabilidades para que puedan ejercer sus responsabilidades (construcción de ciudadanía). Y de los titulares de obligaciones para que puedan cumplir con sus obligaciones: respetar, proteger y garantizar (construcción de voluntad política).

Por último, también implica que los titulares que participan en el proceso de desarrollo, deben incorporar procesos en los que la información y el acceso sean abiertos y transparentes y además se garanticen espacios donde formalizar estos procesos con una divulgación amplia y suficiente.